LOS PRIMEROS PASOS HACIA EL NUEVO RÉGIMEN: EL NACIMIENTO DE LA URSS
En
1917, se produjo en Rusia la Revolución de Octubre, liderada por Vladimir Lenin,
que derrocó el régimen del zar Nicolás II, quien tuvo que abdicar, y se instaló
un gobierno provisional.
Hasta
1919, los ejércitos blancos controlaron la mayor parte del país. Sin embargo,
la falta de coordinación entre éstos y la antipatía de la población hacia la
presencia extranjera inclinaron la balanza a favor de los bolcheviques. En
1920, el Ejército Rojo frenó las ofensivas de los blancos y entre 1921-1922 se
proclamó al vencedor.
Los
bolcheviques aprovecharon la guerra civil para imponer un comunismo de guerra,
orientado a intervenir de forma estatal en la economía rusa, con el propósito
de conseguir los recursos necesarios para conseguir la victoria y así avanzar
en la construcción del socialismo, por la suspensión de la propiedad privada y
la estatalización de la industria.
Al
terminar la guerra civil rusa, el país quedó agotado. Las consecuencias de ésta
perjudicaron a la producción del país, cuyo nivel cayó considerablemente, las
ciudades quedaron desabastecidas y la muerte, el hambre y las epidemias se
extendieron por buena parte de la población.
Para
dar solución a los problemas que planteaba Rusia, Lenin llevó a cabo una Nueva Política Económica (NEP). La NEP se instauró en 1921, y estuvo vigente hasta
1928. Consistía en la implantación de una economía mixta, ya que admitía una
instauración temporal de la economía de mercado que coexistía con algunos
sectores socializados. Por tanto, se permitieron los intercambios privados, la
industria y el comercio al por menor, y la pequeña propiedad en el campo. Todo
ello convivió con la supervisión estatal de la industria pesada, de los
transportes, del comercio exterior y de la banca.
Este
sistema consiguió sacar adelante la economía rusa, pues en 1926, el nivel de la
producción agrícola e industrial consiguió superar los niveles de antes de la
guerra. El desempleo se vio reducido, y consecuentemente el nivel de vida
ascendió. Sin embargo, también tuvo consecuencias negativas, cómo las grandes
diferencias en el campo, en la industria y en el comercio y tensiones en el
seno del propio Partido Comunista.
Al
mismo tiempo del desarrollo de la NEP, entre 1921 y 1922, se afianzó el poder
del Partido Comunista cómo partido único, impidiendo cualquier tipo de
oposición política. En 1922, se instituyó la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS), o Unión Soviética, que confederaba, en pie de igualdad, a la
República Federal de Rusia, a Ucrania, a Bielorrusia y a la República
Transcaucásica.
En
1924 se aprobó una Constitución. La autoridad suprema recayó en el Congreso de
Soviets de la Unión, que ejercía el poder legislativo y delegaba su poder en el
Soviet Supremo, formado por el Soviet de la Unión y el de las Nacionalidades. El
poder ejecutivo quedó en manos del Presidium o Consejo de Comisarios del
Pueblo. El partido Comunista de la URSS (PCUS), fue el que en la práctica
controló el Presidium.
Se
trató del primer Estado en intentar construir una sociedad socialista, basada
en los ideales de libertad e igualdad. Esto constituyó una gran diferencia con
los países de sistemas feudales, esclavistas y capitalistas.
El
impulso de esta sociedad socialista tuvo trascendencia internacional, pues
inspiró revoluciones en diferentes partes del mundo, como la Revolución Cubana
y la Sandinista en Nicaragua.
La
URSS dejó de existir en 1991, cuando Rusia, Bielorrusia y Ucrania declararon su
disolución y fue reemplazada por la Coalición de Estados Independientes.
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