MUCHOS MARCOS Y POCOS DÓLARES
El término hiperinflación hace
referencia al desorden monetario provocado por la subida rápida e incontrolada
de los precios. La moneda del país que la padece pierde su valor. Para adquirir
mercancías y servicios es necesario el desembolso de grandes cantidades. Por su
parte, los salarios crecen a menor ritmo que los precios y con ello
se erosiona su poder adquisitivo. La masa monetaria circulante es
enorme, pero su valor nominal no se corresponde con el real. El
estado que sufre este fenómeno asiste al derrumbe de su sistema productivo y la
principal secuela social de la hiperinflación es el desempleo. Psicológicamente
da lugar a un generalizado pesimismo frente al futuro, llegando a modificar los
hábitos de vida de amplias capas de la sociedad. Por otro lado, las
repercusiones políticas, dan lugar a un rápido desprestigio del gobierno que
ostenta el poder y se traducen en el agravamiento de las tensiones.
Alemania vivió esta situación
entre 1920-1923, en el que todo comenzó con las reparaciones, las
indemnizaciones de la Gran Guerra vivida a sus vencedores. Tras la
Primera Guerra Mundial (1914-1918), y con la firma del Tratado de Versalles,
Alemania fue declarada responsable de los destrozos ocasionados durante este
conflicto bélico y obligada a hacerse cargo de las reparaciones de la postguerra.
Esto llegó a un gran déficit público, unido a un déficit de la balanza de
pagos, la salida del capital alemán. El déficit público se da por las
reconstrucciones, a las que se unen la imposibilidad de un aumento de impuestos
ya que la sociedad no disponía de dinero para pagarlos y en el déficit de la
balanza de pagos, disminuye el valor de la moneda, que conlleva a la
exportación de capitales, a la hiperinflación, además de la emisión de billetes
por la insuficiente deuda pública del déficit público. No fue la primera ni la más
fuerte de la serie de hiperinflaciones que azotaron Europa en los años 1920,
pero es el caso más destacado de la historia, ya que en ella se sucedieron
situaciones como: aumento de los precios, de los tipos de interés,
modificaciones del tipo de cambio y abandono de la moneda como unidad de
intercambio.
El Tratado de Versalles de
1919 al finalizar la Primera Guerra Mundial, no solucionó los problemas
económicos europeos, sino que los agravó. Cada país buscó sus intereses en el
tratado, pero la inflexibilidad de EE. UU. con las deudas de sus aliados
generadas por la guerra, derivaron en que, para compensarlas, éstos exigiesen
numerosas indemnizaciones, tanto monetarias como territoriales o en especie, a
Alemania
Alemania no podía hacerse cargo
de esta deuda, ya que se encontraba en una situación pésima tras la guerra. La
negación del pueblo alemán ante esta deuda hizo que los países vencedores
aumentasen las ganas de cobrar esta deuda. El nuevo e inestable gobierno de
la República de Weimar no podía hacer frente a aquellos pagos tras la
guerra y la situación se volvió muy tensa en 1923 cuando los aliados ocuparon
el Rhur, la principal fuente de ingresos alemana ya que esta no cumplía
los pagos, hundiéndola definitivamente. Alemania fue presa de este
fenómeno. La principal causa imputable a tal hecho fue la necesidad que tenía
la República de Weimar de hacer frente a las indemnizaciones fijadas
por los vencedores de la Gran Guerra. Alemania al no afrontar esta deuda, dejó
de pagar a Francia y Gran Bretaña, a su vez deudores de Estados Unidos, lo que
produjo una inestabilidad internacional que comenzó con la imposición de una
gran deuda al país perdedor.
Con la hiperinflación el valor de la moneda se devaluaba en muy poco tiempo, lo que hacía que a los trabajadores se les pagaba dos veces al día, ya que de esta manera tenían tiempo para ir a comprar comida y bienes básicos al mediodía, antes de que su dinero perdiera valor durante la tarde. Si esperaban a la mañana siguiente, era muy probable que con toda su jornada no pudieran comprar ni alimentos de primera necesidad. Durante la primera mitad de 1921, el tipo de cambio entre el marco alemán y el dólar estadounidense era de 60 marcos por cada dólar. En diciembre de 1922, en cambio, se necesitaban más de 8.000 marcos para conseguir un único dólar estadounidense.
Debido a la desastrosa situación
a la que llegó el país, se intentó llegar a un acuerdo internacional. La moneda
se sustituyó por otro marco nuevo con mayor valor, se acordaron nuevas
indemnizaciones y Alemania entró en el nuevo sistema de patrón oro. En
1924 se lanzó el Plan Dawes que consistió en un préstamo
internacional que introdujo capital en el país alemán para reconstruir su
economía.
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